La decoradora Carolina Verdugo transformó este pequeño apartamento en un refugio acogedor del que no quieres salir porque lo tienes todo. El aprovechamiento del espacio milímetro a milímetro ha posibilitado que en tan pocos metros cuadrados quepan un recibidor, comedor, salón, dormitorio, baño independiente y vestidor. Pero, además de la perfecta ubicación de los espacios, lo que hace especial a esta vivienda es el toque de interiorismo fresco y cálido a la vez.
Las puertas de acceso al jardín fueron quizás la apuesta más inteligente de la decoradora, ya que con tres entradas tan potentes de luz y vistas, es el elemento perfecto para conseguir multiplicar la sensación de amplitud. El uso de materiales como el suelo hidráulico y la madera noble dan carácter a este piso de planta baja en las afueras de Madrid. El aporte final de calidad lo ponen todos los textiles de la firma Lexington que visten tanto la cama como los sofás del salón y la cocina.
