Los propietarios de esta villa, situada en la sierra de Cádiz, son unos verdaderos amantes de las obras de arte y de los espacios abiertos, por eso encargaron la rehabilitación de esta casa a la decoradora Christine Van Hoecke propietaria de Araxan. La interiorista eliminó tabiques para dejar el salón-comedor-conina diáfanos y modificó el pavimento de algunas de las estancias con micro cemento pulido de color blanco.
El empleo de azulejos hidráulicos en la cocina le aporta a esta casa un toque de personalidad muy andaluz que es lo que querían los dueños, pero de forma sutil. Este detalle más una mezcla muy interesante de mobiliario recuperado y nuevo, hacen que el lugar sea muy apetecible a la vez que práctico.
Quizás uno de los mayores retos de la interiorista fue la de encajar correctamente la enorme mesa de comedor que querían los dueños ya que les encanta traer invitados a casa.
